De paseo por Sevilla, de besamanos, recreándome en el ambiente, en el día el que la Virgen se baja de sus altares, para que sea venerada, lo que es al Señor el Domingo de Pasión, admiro el trasiego de personas, contemplo el derroche de creatividad, me florecen los sentidos, magníficos aromas, mismo incienso, allí en San Antonio Abad, como en San Andrés, calidad de día, calidad de Imágenes. Al capillita desde luego, este día, aún lejana la Cuaresma, lo pondrá en plena efervescencia. Riquezas de ajuares, disposiciones impolutas y magníficamente ejecutadas. Estamos viviendo una época de oro, para la estética, para la puesta en escena, para la contemplación, la misma que lleva a la devoción y al rezo. Que este destello, también llegue a nuestro pueblo, y que algún día veamos a una de nuestra Vírgenes de besamanos el día 8.
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