Ha pasado de ser una moda, a una cotidianidad. Me adhiero, me identifico, y lo veo justo. Hablo mas concretamente, de la recuperación de patrimonio arrinconado, de recuperación de estampas, que los jóvenes no hemos conocido, hablo de recordar un pasado. Un pasado digno, un pasado real. No hablo de poner las esquinas de los pasos, tipo flores selváticas, ni ninguna otra barbaridad, pero si algo que se pueda ajustar a la Imagen de hoy en día, y que no altere su devoción.
Todo lo que puede llevar la puesta en escena de un altar, un besapie, una función, debe de ser llevado por la imaginación de sus artífices, respetuosamente, pero dejarlos hacer. Estos mismos altares efímeros, nos llevan a su admiración, al crecimiento espiritual mediante la oración ante su contemplación, y por la celebración de los Cultos ante Ellos.
La Hermandad de Valme recuperó este año una Corona para el recogido del dosel, en el Altar de Quinario, buena decisión, recuperar un bien, que por gustos, modas, o manías, dejó de utilizarse, y que se ha restaurado y reutilizado.
En el campo de la recuperación hay, interminables enumeraciones, para todos los apartados y gustos.
La Carreta de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, recuperó este año las guirnaldas originales, que iban por las columnas, en sustitución de las ramas de olivo. Guirnaldas recuperadas que son las originales, las del proyecto, las que van en consonancia, con el dibujo, con la línea.
La Santísima Virgen del Mayor Dolor ha recuperado este mes de Noviembre, una saya negra bordada. Decisión acertadísima, saya de grandísima valía. Saya datada al parecer del siglo pasado, y que por la parte más corta hace más veinticinco años que no se le ponía.
Y tantísimos casos más. Todos, creo, debido al florecimiento-crecimiento que hay por la estética de nuestras Hermandades y Cofradías. Desde hace unos cuatro o cinco años, el despertar beneficioso de la creatividad, ha hecho llegar a nuestras corporaciones, bellísimas estampas, y muchas que quedan por venir. Los responsables han subidos a los desvanes y han curioseado, y han encontrado, magnificas piezas. Piezas, que nadie sabe a ciencia cierta, el por que un día se dejaron de utilizar. Gustos o implantación de “nuevas tradiciones”.
También se ha abierto los álbumes de fotos, y se han encontrado instantáneas, que hoy en día, nos muestran espejos donde poder mirarnos hoy.
Esperemos que esta corriente creciente y llena de creatividad, siga su curso, pero siempre dentro de un orden, con limites, y con sentido, no vayamos a caer en casos irrecuperables y de lamentación.
Todo lo que puede llevar la puesta en escena de un altar, un besapie, una función, debe de ser llevado por la imaginación de sus artífices, respetuosamente, pero dejarlos hacer. Estos mismos altares efímeros, nos llevan a su admiración, al crecimiento espiritual mediante la oración ante su contemplación, y por la celebración de los Cultos ante Ellos.
La Hermandad de Valme recuperó este año una Corona para el recogido del dosel, en el Altar de Quinario, buena decisión, recuperar un bien, que por gustos, modas, o manías, dejó de utilizarse, y que se ha restaurado y reutilizado.
En el campo de la recuperación hay, interminables enumeraciones, para todos los apartados y gustos.
La Carreta de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, recuperó este año las guirnaldas originales, que iban por las columnas, en sustitución de las ramas de olivo. Guirnaldas recuperadas que son las originales, las del proyecto, las que van en consonancia, con el dibujo, con la línea.
La Santísima Virgen del Mayor Dolor ha recuperado este mes de Noviembre, una saya negra bordada. Decisión acertadísima, saya de grandísima valía. Saya datada al parecer del siglo pasado, y que por la parte más corta hace más veinticinco años que no se le ponía.
Y tantísimos casos más. Todos, creo, debido al florecimiento-crecimiento que hay por la estética de nuestras Hermandades y Cofradías. Desde hace unos cuatro o cinco años, el despertar beneficioso de la creatividad, ha hecho llegar a nuestras corporaciones, bellísimas estampas, y muchas que quedan por venir. Los responsables han subidos a los desvanes y han curioseado, y han encontrado, magnificas piezas. Piezas, que nadie sabe a ciencia cierta, el por que un día se dejaron de utilizar. Gustos o implantación de “nuevas tradiciones”.
También se ha abierto los álbumes de fotos, y se han encontrado instantáneas, que hoy en día, nos muestran espejos donde poder mirarnos hoy.
Esperemos que esta corriente creciente y llena de creatividad, siga su curso, pero siempre dentro de un orden, con limites, y con sentido, no vayamos a caer en casos irrecuperables y de lamentación.
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