martes, 3 de noviembre de 2009

Recorriendo días y semanas


Parece que Noviembre se está convirtiendo en un mes ajetreado y apretado. No hay ni un fin de semana tranquilo, en nuestra actividad cofradiera, o mejor dicho en las vidas de nuestras Hermandades. Casi todas las Dolorosas han tenido que ser bajadas de sus altares y cambiar sus colores tranquilos por unos oscuros y muy favorecedores. Es mi opinión. A una Dolorosa siempre le sienta bien el negro, a no ser que le quitemos las lágrimas. También hay que reconocer que por regla general es una cosa excepcional, y que se rescata piezas del ajuar de antaño, y estampas de años o lustros. Está bien recordar la memoria de nuestros difuntos a través de las Imágenes. No le hacemos daño a nadie, y hacemos un bien en general.


Pero cambiando de capitulo, que no de tema, se sucederán las tradicionales Misas de Difuntos. Tan tradicional como la de Ceniza, u algunas más. Y visitarán las Iglesías, Parroquias y Capillas, aquellos familiaes, que entre las filas de sus hermanos había un devoto que le rezaba a aquella Imagen. Y por su memoria, y por que este recuerdo no desfallezca, asistirán a este trago tan duro. Luto por ellos, recuerdo y memoria para nosotros.


En este mes sucederán, elecciones y convivencias, Tríduos y Besamanos, y todo ésto, siendo solamente Noviembre. Diciembre se presentará, auténticamente imparable y demasiado ajetreado. También dentro del programa, las mencionadas Misas. Que llenan por doquier, aquel lugar santo donde se celebre. Y en la Mayor de Dos Hermanas, habrá una excepción, (o no) para que se celebre delante de sus Titulares. Un bien inofensivo, que hace más bien que mal. Normas injustas para actos piadosos. Y a la vuelta de la esquina el final del año. Si, quedan dos meses enteros, pero pasarán como casi siempre sin enterarnos. Antes de santiguarnos habrá pasado la Epifanía y todo estará encima. Hasta entonces disfrutemos paso a paso de lo que vaya viniendo, de todo y cada uno de los actos, de esas maravillosas procesiones sevillanas que son el Amparo y Reina de Todos los Santos, un lujo de Glorias. De la visita de devotos de fuera de éste pueblo, y de todos esos ratos de convivencia que se respira en las Casas de Hermandad.

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