miércoles, 15 de abril de 2009

carta abierta a Claraco


Me ha gustado mucho el artículo de Fae, en su blog, sobre todo a quien va dedicado, es un pequeño-gran homenaje. Y siguiendo su estela de creatividad, y sobre todo siguiendo al homenajeado, brindo estas líneas a este sin par personaje. Animador de tardes extremas en el almacén de la Hermandad, tertuliano palomista hasta partirnos de risa, memoria aguda y privilegiada, que no quisiera pasar por alto, ya que a este escribiente bien le vale su mente en proceso recordatorio.
Es una estampa más de la Cuaresma y de la Semana Santa, con sus idas y venidas, tremendamente celebradas por todos los allí presentes, hace que los días pasen con una sonrisa, y en esos momentos de mal humor y enojo, por la dificultad, la tarea, rompe ese ambiente enrarecido con la mejor de las anécdotas.
Este año, no ha sido menos, y la Cuaresma ha llenado la maleta de la memoria de ellas y de momentos históricos, que estoy seguro, que el año que viene si Dios quiere, las recordará hasta la saciedad.
A su recordado concurso de flanes, un mito, un antológico del almacén gran poderil. Este año para mi regusto y el suyo, y como acto de contrición por una travesura del año pasado, ha debutado debajo de las trabajadoras de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso. Lo he visto en infinidad de veces en la noche, y siempre traía a mi boca una sonrisa picara y bonachona.
Al Domingo de Ramos junto a los eternos Fae y “Alex”, que es su nuevo nomenclátor, dándonos una vara tremenda al primero y a un servidor, por algo relacionado con unos bocadillos. Fae se parte el alma de risa y cierto es, que malaje no tiene el hombre.
Cierto es Fae, que la vida y el tiempo lo ha hecho fuerte y duro, pero esperemos que nunca le quite la vida, esa inocencia que le hace ser, un ser querido y añorado.

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