La impunidad del anonimato, o la cobardía del anonimato. Así podría llamarse. De visita por la red, visitando algunas páginas, viendo fotografías de mil actos, me he encontrado con una persona que se hace pasar por una Institución entera. Así sin más. Sin escrúpulos, sin vergüenzas ni pudor. No sé si nos encontramos ante un prodigio, o ante un espléndido cobarde. A lo cuál ya alguno de sus seguidores, ya plantean pegas, o lo que ellos hacen llamar “sugerencias”, para esa Institución. Que mejor sugerencia la que yo le voy a hacer. Los problemas de las Hermandades se arreglan en las Casa Hermandad, en los Cabildos Generales, no en foros de internet, ni en portales web, ni en barras de bares, ni en nada que se le parezca. Detrás de un seudónimo se puede ser muy cruel, muy sincero, pero muy desleal, y muy mentiroso. Al igual que otros mostramos nuestros nombres sin vendas ni ropajes, que cada uno valientemente diga las cosas, sin ninguna temor a la represalia o al debate. Todos queremos lo mejor, pero que otros sean los que lo trabajen. Yo mejor solo hablo,hablo y hablo, y se me va todo en el esfuerzo parlamentario. Pero nada de nada, ni de trabajo, ni de presencia, ni de participación. Y encima te saldrán con una excusa, vivir para ver.
lunes, 6 de octubre de 2008
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1 comentario:
cada vez que abro tu blog, miro para ver si el, o los, cobardes de marra, tienen valor de contestarte, pero veo que ni así se atreven, siguen siendo siempre eso, unos cobardes,que son hombres solo`por que se visten por los pies. un abrazo del P-2
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