miércoles, 21 de enero de 2009

a Dios rogando y con el mazo dando


Que la crisis ha llegado a las Cofradías, no es noticia, ya se habló en un articulo, se habló de ello sí, en otros términos,pero cada vez esta más cerca y más encima. Anuncian en los medios sevillanos, que probablemente no sea televisada la presente o mejor dicho la futura Semana Santa, cosa hartamente preocupante o triste, sobre todo por aquellas personas mayores, que por desgracia ya no pueden salir a verlas, o por los que estén postrados y su única ventana, sea el televisor.

Aquí, la crisis se respira en cada rincón del pueblo, en cada tertulia mañanera, y como no, nosotros, las Hermandades, por supuesto, entramos en el lote. También sé de algún que otro editor, que anda preocupado con su publicación cofrade, pero bueno, eso es otro cantar.


De mientras que se sufre en las propias entrañas de la Hermandad, quizás sea el momento de plantear ciertas cuestiones. Es una realidad, la necesidad que hay en tantas casas y con lo mal que lo están pasando tantas personas y hermanos, el vestir el hábito de nazareno, será ese año, un lujo o acto prescindible. Ahí en ese mismo momento, es cuando deben actuar nuestras Corporaciones. Por que no se llama sólo Caridad, también solidaridad, realismo, etc... No debemos dar la espalda a esas realidades y demandas, y no todo es oro, plata, bordado, terciopelo, también es la persona, el hermano, antes que la pomposidad de la propia Cofradia. No podemos salir a la calle, y mirar para otro lado. Viendo al pasar a hermanos que nos han acompañado siempre y se encuentran en el acerado y no nos hemos molestado en preguntar, ¿por que no vas aquí conmigo?. Debemos hacer este año un esfuerzo, nuestras Corporaciones se lo merecen, la sociedad lo demanda, hagamos el mejor ejercicio de nuestra Fe.


Pues hablo y pienso esto, por que he leído que una Hermandad nazarena ha subido la cuota de hermano un veinte por ciento.Todo ello enmarcado, en los nuevos proyectos, estrenos y no se que cosas más. Lamentable, como es lógico lloverán las bajas, no hay más remedio. Las Hermandades son hoy en día, son o pueden ser bastantes prescindibles o casi lujos.


Otras sin embargo, intentando ser consciente de la realidad más aplastante que nos impera, han congelado la cuota, hasta nuevo aviso o panorama. Y en vez de repercutir a los hermanos, habrá que trabajar más, aplicar la imaginación y poner ganas.


Espero, deseo que no se quede nadie sin participar en su Estación de Penitencia por problemas económicos, por que si fuera así, y no obraramos, mejor que se quede el Señor dentro.

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